

Las variedades que hoy en día se cultivan en nuestros huertos son, sobre todo, las variedades con pencas blancas y hojas verdes, sin embargo existen variedades de colores de penca amarilla, anaranjada, rosada, verde y roja.
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La acelga, Beta vulgaris var. cicla, pertenece a la Familia de las Chenopodiaceae y a la Tribu de las Cyclolobeae. El género Beta comprende más de 6 especies conocidas.
El cultivo de las acelgas se remonta a la antigüedad clásica: los griegos y los romanos las utilizaban mucho. Su nombre cicla sería de origen fenicio.
Las variedades que hoy en día se cultivan en nuestros huertos son, sobre todo, las variedades con pencas blancas y hojas verdes, sin embargo existen variedades de colores de penca amarilla, anaranjada, rosada, verde y roja.
Su tamaño varía en función de los cultivares, así como el color y la textura de sus hojas. Los tallos de esas variedades son, en general, bastante delgados y se cocinan deliciosamente al vapor, aliñándolos luego con un aderezo a base de aceite y un poco de vinagre o limón.
Las semillas de acelga tienen una duración germinativa media de 6 años. Pueden conservar, sin embargo, su capacidad germinativa hasta 10 años o más. Un gramo contiene unos cincuenta glomérulos.
Como ocurre con el resto de hortalizas, las acelgas son verduras que destacan por su elevado contenido en agua y por tener en su composición cantidades poco significativas de hidratos de carbono, proteínas y grasas. Por ello resulta una verdura poco energética. La acelga, según la clasificación funcional de los alimentos se encontraría en el grupo de los alimentos reguladores, ya que tiene un contenido importante en vitaminas y minerales. En este sentido, sus hojas más externas son más ricas en vitaminas.
Minerales: Destaca por su mayor contenido en magnesio, sodio, yodo, hierro y calcio, siendo el potasio el mineral que se encuentra en concentraciones más elevadas. El potasio es un mineral necesario para la generación y transmisión del impulso nervioso y la actividad muscular normal. Interviene también en el equilibrio hídrico en el organismo.
El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, sistema nervioso y motor, forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El yodo, por su parte, es un mineral indispensable para el buen funcionamiento de las glándulas tiroideas, que producen las hormonas tiroideas.
Vitaminas: En cuanto al contenido en vitaminas, destaca su elevado aporte de vitamina A y ácido fólico. Como hemos dicho anteriormente, las vitaminas de las acelgas se encuentran en mayor proporción en las hojas externas de la planta.
Pero además de todo ello, las acelgas contienen una cantidad destacable de ácido oxálico, sustancia antinutritiva, que interfiere en la absorción de ciertos nutrientes como el calcio. En este sentido es importante saber que el ácido oxálico deja de ejercer un efecto negativo cuando se somete a elevadas temperaturas como ocurre durante la cocción.